Dentro del Gemba chileno

Crónica de una inmersión en una línea productiva (y cómo puede iluminar a tu PYME)
El aroma a chocolate fundido avisa que los cuchuflis están por entrar al túnel de enfriado. Entre el zumbido sordo de las máquinas y las charlas cortadas del equipo me metí a hacer lo que mejor me sale: escuchar sin filtro.
Primero saqué los tarjetones anónimos de behacked, compuestos por preguntas disparadoras, simples y concisas. En quince minutos teníamos la radiografía emocional de la empresa. Oro puro para el que esté dispuesto a aprender en vez de justificar.
Siguió la maratón de entrevistas. Café en mano, compu para tomar notas, me permití tener conversaciones con todos los miembros del equipo, desde la encargada de aseo hasta la líder de calidad. Les pregunté cómo bajan las decisiones, dónde se encajona el flujo y qué harían distinto si mandaran ellos.

La rutina y el apagar incendios se comen el día a día de cualquier PYME, pero quienes pisan el Gemba conservan la esencia y las micro-soluciones que pueden revolucionar los procesos.
Con esa información armé un mapa de roles y procedimientos, para detectar los puntos de mejora. Muchas veces, no se requiere de robots ni millones, sólo pequeños ajustes de responsabilidad y un estándar que cualquiera pueda seguir aun con guantes pegajosos.
Mi gran desafío en esta visita In Company fué encontrar actividades para mantener la motivación de un equipo que pasa los 365 días del año realizando las mismas tareas y con riesgo de que el cerebro se ponga en piloto automático. Me traje muchas más ideas de las que creía que podía obtener y mucho entusiasmo, ya que es una de mis tareas favoritas para trabajar con líderes.
¿Y en qué se convierten estas visitas In Company de behacked?
En un plan de acción con responsables, fechas, objetivos y métricas que caben en una hoja A4. Lo más valioso es siempre escuchar al irnos: “Al fin alguien nos escucha y nos muestra cómo mejorar”. Esa chispa es el verdadero relleno del cuchufli: sentido del propósito.
Para el dueño de una PYME el mensaje es claro: cada minuto de desorden se financia con su bolsillo. Una visita de consultores es suficiente para liberar capacidad, bajar scrap y estabilizar el clima sin agregar una sola persona más al equipo.
Si sentís que tu PYME o tu liderazgo necesitan lo que leíste en esta nota, escribime a [email protected] o seguinos en www.behacked.com.ar
